Nuestro país está ubicado sobre una convergencia de placas tectónicas; por esta razón, el territorio colombiano se destaca por tener una alta sismicidad.
Está clasificado en tres zonas de amenaza sísmica según la probabilidad de que se presenten con mayor frecuencia sismos de gran magnitud. De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, aproximadamente el 87% de la población colombiana vive en zonas de amenaza sísmica intermedia o alta.
Dicha situación hace que cada vez haya más interés por parte del gremio constructor y la sociedad, en la implementación de sistemas de Instrumentación Sísmica que complementen las exigidas en el Reglamento NSR-10.
¿En qué consiste la Instrumentación Sísmica?
Se basa en la instalación de un sistema de sensores intercomunicados al interior de las estructuras que se encargan de registrar la aceleración a la que se ve sometida la misma durante la ocurrencia de un sismo o en vibración ambiental.
Adicionalmente, se instalan equipos en el suelo para comprender el comportamiento del terreno frente a las ondas sísmicas; por ejemplo, efectos de amplificación de la onda sísmica, la cual finalmente se traduce en una mayor entrada de energía de vibración a la estructura.
Estos sistemas buscan medir los períodos de vibración de la edificación al ser sometida a movimientos sísmicos, determinar el nivel de daño que pudo haber ocurrido, identificar los efectos de sitio causados por la amplificación de las ondas sísmicas debida a los estratos de suelo subyacentes y conocer el grado de atenuación que sufren las ondas sísmicas al viajar desde el lugar donde ocurre la liberación de energía, hasta el sitio donde se encuentra localizada la edificación.
Además de estos datos puntuales, estos sistemas sirven, en general, para aumentar el conocimiento que se tiene, a nivel nacional, de los fenómenos sísmicos y sus efectos sobre las construcciones y los materiales y, de esta manera, perfeccionar técnicas, materiales, sistemas de construcción y modelos de cálculo que lleven a construir estructuras más seguras y menos vulnerables, seguramente, reduciendo los costos de proveer seguridad sísmica a las mismas.
Reto
Desafortunadamente, en Colombia aún no existen un proceso claro para la aprobación de la Instrumentación Sísmica por parte de las autoridades competentes, sumado a que se presentan cierto grado de incertidumbre sobre el uso y manejo de la información obtenida de los acelerógrafos.
Hay una falta de claridad en las exigencias del marco normativo actual y se presentan algunas oficinas de planeación y/o curadurías que no conocen con plenitud las exigencias y alcances de la norma.
Asimismo, se evidencia una falta de coordinación y articulación entre el sector público y el privado a la hora de hacer las revisiones de los equipos y de los sistemas de instrumentación para emitir los respectivos certificados técnicos.
Lo anterior hace que sea necesario que empresas del sector, como EFE PRIMA CE, continúen promoviendo diálogos sobre este tema para que las empresas privadas de construcción, los entes regulatorios y la sociedad en general, sean consientes de la necesidad de implementar estos sistemas e incluso ir más allá y buscar sistemas de Monitoreo de Salud Estructural, métodos más avanzados que funcionan como complemento a la Instrumentación Sísmica reglamentaria, tema del que hablaremos en una entrada de blog más adelante.